Palabras para el coloquio «Alzando la Voz en defensa propia. Ahora y siempre». Torrejón de Ardoz (Madrid) Marzo 2018
Tenía 13 años cuando leí por primera vez a Isabel Allende. Un libro que me regalo mi madre, Cuentos de Eva Luna, me llevó a conocer historias y personajes que hablaban de amor, de esperanza, de tragedia y de pasión. Si tuviera que hablar qué supuso para mí descubrir a esta escritora se me quedarían cortas las palabras, pues tiene que ver con algo más profundo que simplemente un gusto por su forma de escribir o por sus historias de pasión y magia. Es algo más emocional.
Isabel Allende. Ilustración Oriol Malet
Allende, habla de una enorme cadena de mujeres, conectadas entre sí, por un elemento crucial que atraviesa su experiencia en este mundo. Haber nacido mujeres en un mundo donde somos “el segundo sexo”, la otra mitad, las ninguneadas, hace que de alguna manera estemos todas unidas por un hilo invisible, teniendo incluso vidas muy diferentes y padeciendo menor o mayor grado de desigualdad, según donde nos haya tocado nacer.
Así, en sus libros, habla de historias de mujeres a lo largo del tiempo, a través de varias generaciones, en distintas partes del mundo. Mujeres que sobreviven a sus circunstancias y lo hacen – no sin dificultades- pero también con mucha pasión y valentía.
Vamos a hablar de la pasión. Isabel Allende es una defensora y militante de la pasión. Nos la acerca como un arma de transformación, radical y maravillosa.
Nos habla de dos tipos de pasión:
Una es la Pasión por la vida, como ella misma dice, es decir SI A LA VIDA, con mayúsculas, decir SI a lo que venga, ya sea al amor, al desamor, a la tragedia, a la comedia…decir sí… es aceptar la vida tal como es, con sus luces y sus sombras.
La otra forma de pasión, que está conectada a la anterior, es la pasión que se relaciona con la sexualidad. En sus escritos, Isabel Allende habla de la sexualidad como un lazo que nos conecta con la vida, una manera de vivir desde el placer, un íntimo tesoro, incluso si cabe, un salvavidas. La pasión nos hace sobrevivir.
Dice en su Libro Afrodita, que de haber sabido todo lo que iba a disfrutar del erotismo y de su sexualidad libre y plena, lo hubiera empezado a hacer mucho antes y no habría perdido todas aquellas oportunidades que se le presentaron a lo largo de su vida y que dejó escapar.
Y así nos invita también a Vivir con intensidad el momento, no postergar aquello con lo que podamos disfrutar.
¿Y qué tiene que ver esto con las desigualdades que sufrimos las mujeres?
Nuestra sexualidad ha sido negada sistemáticamente y cuando no se ha negado se ha demonizado. Pensemos en el mito de Lilith, de Eva o en la quema de brujas. Estamos hablando de historias en las que las mujeres demuestran tener una sexualidad poderosa, y esto es muy peligroso para el patriarcado. Porque reconocer nuestro poder es cuestionar el suyo.

Cuánto castigo y dolor recibimos las mujeres a lo largo de la historia por tener un cuerpo con una enorme capacidad de gozar y por tener también la – siempre misteriosa- capacidad de gestar y dar luz a otra vida.
Por eso, vivir la sexualidad de una manera libre es un acto de rebelión contra el patriarcado. Porque la capacidad de disfrutar nos da poder. Un poder inmenso que no nos pueden arrebatar.
Así, la escritora, nos muestra pues una manera de sobrevivir a las adversidades y es vivir con pasión. Nos propone revertir el dolor en pasión por la vida y gozar de nuestro cuerpo como un acto subversivo.
Isabel Allende también nos habla en sus libros de mujeres que no se conforman.
Las mujeres que alzan su voz contra las injusticias, son las mujeres que cambian el mundo. Mujeres como Malala, Clara Campoamor o Sor Juana Inés de la Cruz. Mujeres que vivieron y viven con pasión.
No nos conformemos, Alcemos nuestra voz.
Preciosa palabras!!!!!
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La amo. Es una genia. Su escritura es preciosa, y si realmente, todo, absolutamente todo lo que escribe es una muestra y esta cargado de mucha pasion.