Barbara Ehrenreich, en su libro Sonríe o muere: cómo el pensamiento positivo ha engañado a Estados Unidos y al mundo hace una crítica feroz a la psicología positiva nacida y expandida en EEUU en la ultima década, Sería, segun la autora, una corriente ideológica al servicio del capitalismo, a través de la idea del «optimismo obligatorio», por el cual, debemos tener una actitud positiva ante todo lo que nos ocurre, pues de alguna manera, sí sucede, es porque lo provocamos con nuestros pensamientos.
Hay un vídeo, buenísimo, en el que ella explica su postura ante este paradigma. Mientras ella habla, un ilustrador va haciendo unas viñetas explicativas que dinamizan sus ideas.
En este video, se reflejan varias ideas con las que estoy plenamente de acuerdo. Por ejemplo, que «es cruel decirle a la gente que está pasando por muchas dificultades, que todo está en su cabeza y que sólo tienen que cambiar de actitud». Para explicar mejor esta idea, Ehrenreich hace una alusión a la autora de el best seller «El secreto», paradigma de esta corriente, a quien le preguntaron sobre el tsunami del 2006, y dijo que las víctimas de la catástrofe de alguna manera mandaron vibraciones para que eso ocurriera, pues todo lo que nos ocurre es fruto de lo que atraemos.
Evidentemente, quienes estamos en contacto directo con el dolor humano, podemos comprobar que personas que tienen una magnífica actitud, e incluso siendo muy optimistas, tienen situaciones dramáticas en sus vidas que conllevan, inevitablemente, grandes dosis de sufrimiento.
No hay duda de que actitudes positivas y proactivas, ayudan a sobrellevar e incluso a reponerse de los problemas de la vida, pero, de ahi a afirmar – y promulgar- que todas las siuaciones que vivimos las crea «la mente», es una afirmación, a mi modo de ver, errada y sobre todo injusta.
Un planteamiento que, de acuerdo con la autora, proviene del ideario liberal clásico y se relaciona con el capitalismo actual y la lógica de los mercados financieros. El individualismo: cada persona es responsable de lo que le pasa, y cada quien puede mejorar su vida, deseándolo con fuerza. El sueño americano.
Ehrenreich propone hacer un análisis de la realidad global – no sólo de la vida personal, sino de la social y de la política, que en definitiva están relacionadas – y valorar qué es lo que se puede hacer para cambiar aquello que nos hace daño, de manera individual y colectiva. Tenemos el poder de cambiar las cosas.
Porque los problemas son problemas. Podemos cambiar el foco por el cual los miramos, los afrontamos o los interpretamos. Pero, aceptar que existen, que a menudo ocurren, no sólo por mi actitud, sino por cómo se organiza el mundo social y con ello el mundo de las relaciones es fundamental para poder transformarlos en algo que nos enriquezca, y que nos haga «mas fuertes», no como individuos aislados, sino como parte de un mundo interconectado.